Se fue un año con todas las risas, el llanto y los enojos. Todo el camino fue válido para aprender y crecer. Me despido de él, xq el año que llegó trae lo necesario para caminar sobre mi tierra y sonreír: LIBERTAD.
Después de las dudas y el desgano, al borde de una implosión decidí hacerle caso a mi intuición de mujer y no seguir a nadie, no vine a este mundo para pisar talones, hago mi camino, planeo mis pasos... algo cierto que aprendí es que: "Nadie vino al mundo para cubrir las necesidades de los demás"... en mi búsqueda de una vida sana, pura, mi futuro consiste en lo que yo creo y deseo.
En este busco busco y no encuentro mi lugar, solo hay silencios internos en medio de tanto barullo, siempre hay una voz que dice que pronto nos vamos, mis bártulos y yo, la ansiada partida, la posibilidad de retratar el viaje para que todos vean el mundo a través de mis ojos.
Primer destino, la vuelta a Bolivia, conocer, repasar sus rincones y miradas.. algo que para mi son de otro tiempo y únicas en el mundo... llenas de un misticismo puro, real, sin maldad... pisar Uyuni, Coroico, Sorata, Copacabana y su Isla del Sol.
Este regreso será alimentar el alma, recordar viejos tiempos, el primer viaje con mi amigo Juan Cabezón, y aquella botella de ron asqueroso y barato que tomamos en el muelle de Copacabana y ahí volveré a brindar por todos mis amigos del camino.
Este regreso será alimentar el alma, recordar viejos tiempos, el primer viaje con mi amigo Juan Cabezón, y aquella botella de ron asqueroso y barato que tomamos en el muelle de Copacabana y ahí volveré a brindar por todos mis amigos del camino.
Lanzarse al camino pisando arcilla, destino a las estrellas resplandecientes... Con amores fugaces e inolvidables, con parasiempres grávidos como espuma...soltar todo y largarse. Que fascinante volver al santo oficio de la veleta, desnudando la vida como bergante y soñando que un día serás poeta.